moldeo por inyección a baja presión
La inyección a baja presión es un proceso de fabricación innovador que ofrece una alternativa más suave en comparación con las técnicas tradicionales de inyección. Operando a presiones que generalmente van de 1 a 100 bar, esta tecnología proporciona una protección excepcional para componentes delicados mientras asegura una encapsulación de alta calidad. El proceso comienza mediante el calentamiento de materiales termoplásticos especializados a temperaturas más bajas en comparación con los métodos convencionales, creando un material fluido que fluye suavemente alrededor de los componentes sin causar daño. Esta técnica es particularmente valiosa en la fabricación de electrónica, donde los componentes sensibles requieren un manejo cuidadoso. El sistema utiliza una cámara sellada al vacío para eliminar bolsas de aire y asegurar una penetración completa del material, lo que resulta en una calidad y fiabilidad superiores del producto. La tecnología admite varias opciones de materiales, incluidos poliamidas y poliésteres, lo que la hace versátil para diferentes aplicaciones. Una de sus características principales es la capacidad de procesar componentes sensibles al calor sin riesgo de daño térmico, lo que la hace ideal para la fabricación de ensamblajes electrónicos, dispositivos médicos y componentes automotrices. El proceso también permite geometrías complejas y diseños intrincados mientras mantiene la integridad estructural y la protección ambiental.